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jueves, 4 de julio de 2013

EL CAIMAN DE SANARE...MAXIMA EXPRESION DE LA CULTURA POPULAR SANAREÑA.

 José Humberto Castillo, mejor conocido como `El Caimán de Sanare´, murió el día lunes 27 de Septiembre del 2010 a los 73 años de edad, después de sufrir un paro respiratorio. Según pudimos conocer por los diferentes medios de comunicación, estaba siendo aquejado por una enfermedad desde hacía algún tiempo y debido a ello había sido recluido en el Hospital José María Bengoa de la población de Sanare.

El Caimán nació un 3 de enero de 1937 en el sector `las Rositas´ población de Palo Verde, adyacente a Sanare del Municipio Andrés Eloy Blanco, hijo de Juan Gregorio Goyo y María Elena Castillo.
Durante toda su vida fue un amante de la naturaleza y mejor cuenta cuentos sobre la misma. Tuve la oportunidad por un tiempo de frecuentar su compañía por allá en los años 70, cuando siendo un niño tuve la suerte de oírlo contar esas fabulas maravillosas que sacaba de su lúcida imaginación, aun recuerdo una sobre la cacería de un venado, del que después de muerto usaron todo, desde los cascos, el cuero, los huesos, la carne, los cachos, hasta las pestañas, etc., todo con la finalidad de que el duende de la montaña no se pudiera bravo si se desperdiciaba lo que se le había arrebatado a la naturaleza. Tengo que decir, que era increíble, como día a día se inventaba nuevos capítulos, los cuales me conto durante más de un mes y siempre en su exageración, encontraba mas partes del venado que habían de usarse para fabricar o usar en algo. No sé por qué, pero no recuerdo que me haya contado el final nunca.
En esos años llenos de magia y naturaleza, aun recuerdo muchas vivencias relacionadas con José Humberto Castillo, especialmente una vez en las fiestas patronales de Sanare, en honor a la patrona Santa  Ana, cuando realizaban unas `comelonas´. Estas eran realizadas en el parque que está situado diagonal a la Plaza bolívar y frente al Templo de la población: La cual consistía en una competencia donde ganaba el que comiera más. La misma la realizaban sobre el techo de las casetas donde estaban situados los asientos –bancos– para el uso del público. Dicho evento era del agrado de la población, la cual se acercaba mayoritariamente para observar el espectáculo en lo alto. En esta competencia, para hacerla más dificultosa, se obligaba a los participantes a comer con las manos detrás de la cintura.   Fue en una de estas, cuando José Humberto asombró a propios y extraños al comerse varias ollas llenas de espaguetis acompañadas de sus respectivos panes y dos pepsicolas familiares `de a real´, que cada una rebosaba un tobo cuando se vaciaba en el. Creo que fue en ese momento cuando lo bautizaron como `El Caimán´.

Hombre polifacético, fue un toero, tocaba el cuatro, sinfonía y cantaba, fue vendedor ambulante, jornalero, laboraba en las faenas agrícolas y pecuarias y hacia muchos oficios mas, pero donde se distinguió con su talento innato, fue en la cultura campesina, donde cual filosofo popular, anduvo de maestro ambulante en caseríos pueblos y ciudades llevando sus enseñanzas a escuelas, liceos y  universidades, dentro y fuera del país. Era un patrimonio cultural de nuestro país por su destacada labor en el cuento oral y ambiental, y por ese `realismo mágico´ que lo distinguió siempre y por el cual fue premiado en distintas ocasiones con condecoraciones y reconocimientos.
El poeta sanareño, Guadalupe Díaz, en un poema que le escribió en un homenaje hace poco tiempo, decía: Este 28 de marzo es un día muy especial, rindiéndole este homenaje al hombre más popular, es el Caimán de Sanare, su nombre Alberto (Humberto) Castillo, todo el mundo lo conoce y lo aprecia con cariño, lo conocen en el campo y también en la ciudad, por sus cuentos y poemas y diciendo la verdad. Vivió dentro de una auyama, se acostó con la sayona, es ahijado de la muerte y bailó con la llorona.
En una de las últimas apariciones públicas y homenaje recibido en la bella población de Sanare, mejor conocida como el `Jardín de Lara´, `el Caimán de Sanare´ con la sapiencia que lo caracterizaba, dijo algunas palabras, como presintiendo su próximo viaje:
“Cuando me despida de este mundo…

Después de la muerte uno vuelve a `nacé´ en otra naciente, en espíritu. Cuando yo me despida de este mundo, les pido que me lleven con música, cuentos y alegría. Lo mío es la alegría, cuentos es la vida mía, en mi entierro voy a ir alegre, bailando y les digo que se porten, el chichaque no me gustaría, si no hay gente yo me pongo a `llorá´. La gente es el mejor homenaje”
Como sucede siempre en nuestro país, cuando un personaje de esta valía y condiciones, está enfermo, son pocas las personas e instituciones que le tienden la mano, pero cuando mueren, salen personajes de todas partes a dar la cara y a lamentarse.
Muchas gracias y un reconocimiento a los que en esta oportunidad si le auxiliaron e hicieron más leve su enfermedad, acompañando a este grande cultor de la palabra en sus tiempos de mengua.
Desde Siquisique un sentido pésame a su familia y a todos los cultores del mundo por esta irreparable pérdida. Que la paz del señor lo acoja en su seno.




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